4/01/2014

Romanticismo, comedia y ciencia ficción, una mezcla airosa aunque con dudas

En el riesgo está el gusto. Los directores de cine hoy, se diferencian por su capacidad imaginativa y el atrevimiento a probar con expectativas cuyo desafío supere con creces otros parámetros más técnicos como bien pudieran ser la propia realización artística o el desarrollo del relato interpretativo en una sucesión de encuadres. “About Time” es un claro ejemplo de cómo el riesgo se alaba, pero no bajo la mirada del conformismo crítico, sino desde el plano del agradecimiento hacia un producto original. Una cinta que camina por la comedia, con gags británicos, unos que enganchan y otros no tanto; transita por el campo de lo romántico (sin empalagar), para llevarnos al escenario de lo dramático y todo ello con el aditivo de un elemento propio del suspense: los viajes en el tiempo. Un filme peculiar que por querer ser insólito se queda a medio camino de todo, con unas interpretaciones carismáticas y emotivas. Una historia de vida en la gran pantalla que relega a un segundo plano el matiz de ciencia ficción que ofrece. Un riesgo, aunque con eso, por momentos, no basta.

Tim es un joven de 21 años que descubre por su padre el gran secreto: los varones de la familia tienen la habilidad de viajar en el tiempo. Un don para cambiar su propia historia pasada. Cuando Tim abandone el hogar y comience a ver la vida con otros ojos, conocerá a Mary, a quien intentará conquistar por todos los medios y para ello, su cualidad será fundamental aunque aprenderá a valorar a sus seres queridos y ayudarles cuando lo necesiten gracias a dicho don. Sin consecuencias, tan sólo las que él mismo decida comprometer.

Richard Curtis se pone manos a la obra y vuelve al género que le dio a conocer gracias a “Love Actually”. De entrada ha tomado dos decisiones que marcan una línea de separación entre ambos filmes. Por un lado el elenco no es tan grandilocuente ni exagerado como en aquella primera ocasión (pasamos a un grupo de cinco a seis actores prescindiendo de relatos paralelos con varios involucrados) y por otro, los elementos de comicidad aprenden a convivir con la emotividad por empatía, esto es, gracias al relato de una historia de vida con todos los instantes o momentos que a cualquier ser humano pudieran acontecer a lo largo de su camino.

Con un sello determinado desde el comienzo, Curtis decide ofrecer un producto con algún detalle de comicidad británica (un humor muy raudo y sagaz aunque se recrea en la reiteración y puede llegar a producir aburrimiento) y dosis de romanticismo, en una narración que añade la ciencia ficción de pleno cuando se revela al personaje principal la cualidad que posee de viajar en el tiempo, pudiendo repetir y alterar de su pasado todo aquello que él decida. La forma en que este elemento se introduce en el metraje da que pensar que el director no hace sino revelar en clave de sorna el mismo. Mientras la ciencia ficción, en lo que a viajes en el tiempo se refiere, se estremece en los efectos especiales y cae en la cuenta de su perfección solitaria; "About time" lo presenta de un modo secundario, y aunque sea importante en la trama, no llega a relativizar todo cuanto está a su alrededor. Lo importante es la vida, sus detalles, los momentos que los personajes viven y comparten, no así la posibilidad de cambiarlos. Es un modo brusco (incluso en las formas en cómo el protagonista se desplaza en el tiempo. Descúbranlo y juzguen) de presentar algo que el suspense plantea de un modo serio y esquemático.



Un riesgo de la dirección que puede sorprender al espectador, aunque más lo es proponer varias líneas de argumento, diferentes géneros a la vez. Cerrar la caja. Sacudir y esperar a ver qué se obtiene de la mezcla. El resultado, un producto en tierra de nadie, que ni ofrece comedia, ni suspense, que relega la ciencia ficción y cuyo humor y romanticismo se apoderan de la composición sin dominarla del todo por completo.

En este planteamiento, lo eficaz es pensar que los momentos de indulgencia crítica vienen protagonizados o por los intérpretes o por el guión. Exactamente sucede así. Lo cierto es que el guión no origina dudas y se muestra eficaz. Quizás se agradece que no haya giros pesados o que, viendo el escenario, el final no sea el recurso manido y clásico del bucle del personaje que lo vuelve a empezar todo desde el comienzo, como en una rueda sin fin de la que el espectador ya conoce todas sus imágenes. Entre las mejores secuencias que depara el guión tenemos que destacar una cita romántica a ciegas en un restaurante. Ya lo verán.

En relación a los intérpretes, destacaremos el trabajo del joven Domhnall Gleeson, quien da vida al protagonista. Con sus gestos cómplices la credibilidad se convierte en su fiel aliado al poco de comenzar la cinta. Sus risas y miradas audaces y nerviosas son un nexo que el público comparte sin problemas. Rachel McAdams, en el rol de Mary, está excesivamente dulce así como inocente, aunque le es suficiente para salir airosa. Bill Nighy (con quien Curtis vuelve a contar por tercera vez) es de lo mejor de la cinta, con una interpretación a ratos cómica (no del calibre de “Love Actually”), a ratos dramática (responsable principal de un final con alguna que otra lágrima que se escapará). Penduleante, como el resto de la película.

La banda sonora es un ejemplo de cómo la cinta persigue el melodrama, a lo mejor sin quererlo, debido al parpadeo perpetuo y la indiferencia por una línea argumental concreta. Unas notas que salpican las escenas de emotividad y sentimentalismo. Un compañero perfecto para musicalizar una vida.

En definitiva, Curtis construye una vida y la muestra al espectador con el asombro de lo adorable y lo inocente, jugando con la dulzura y dejándose llevar por el carisma de sus intérpretes, en donde lo verdaderamente importante, como en cualquier ser humano, es el desarrollo de la vida misma, la edificación de un mañana fuerte y feliz, el futuro por el que cada uno lucha y anhela, a pesar de los dolores que haya por el viaje y las miradas que obligan a recordar y a olvidar las cicatrices pasadas. ¿Viajes en el tiempo? Donde esté la vida, que se quite la posibilidad de cambiarla. 

• Desarrollo argumental: 75
• Guión: 70
• Interpretación: 84
• OST: 80