“Insidious 2” es una cinta que en
su intento de dejar con la boca abierta al espectador ahonda inconclusamente en
su esencia de terror psicológico. Una lástima que su predecesora, tanto en
esquemas como en procederes sea casi un calco de esta segunda entrega. Toda originalidad
y alarde creativo quedan erosionados por la reiteración de figuras dramáticas
que ya fueron empleadas con anterioridad. Cierto es que toda la intriga y el
ápice de terror que le faltaban a la película anterior se recuperan en ciertos
momentos del metraje, sin embargo, la tendencia a la fábula fantástica y
rotunda y el giro de guion se convierten en armas de sobra conocidos para los
seguidores de su director, James Wan.
Tras una primera entrega que se
fue corrompiendo conforme avanzaban los minutos ante la pantalla, aparece ahora
esta segunda cinta del fenómeno llamado “Insidious” que parece ser el mejor y
mayor ejemplo actual de la evolución del cine de terror (muy por encima de “Paranormal
Activity”). Tras un final de respingo, esta segunda edición comienza con la
familia Lambert viviendo en la casa de la madre de Josh. Creyendo que todo ha
terminado, la amenaza no ha hecho más que comenzar. El asesinato de Elise a
manos de Josh, no ha hecho sino aumentar las sospechas de que la extraña mujer
que se aparecía en los sueños de su infancia ha conseguido apoderarse de él
para hacer que sus propósitos más oscuros se conviertan en realidad.
Una trama
que desborda por su imaginación, una serie de flashbacks aclaradores (siempre
un elemento auxiliar imprescindible), unos hilos argumentales sorprendentes por
momentos (escenas recuperadas de la primera entrega que tendrán sentido ahora
que veamos la segunda. Ya verán.), la incorporación del personaje de Carl,
quien conecta con el más allá por medio de unos misteriosos dados (de lo mejor
del filme) y la pareja humorística que aparecía ya en la primera película,
hacen de “Insidious 2” una cinta con muchos detalles positivos.
No obstante, el modo de proceder
en los acontecimientos, así como la similitud con la anterior entrega, le
restan protagonismo a todos los detalles. Apariciones, amenazas físicas, algún
que otro salto en la butaca, un poco de investigación para averiguar el origen del
problema, una conexión con el más allá gracias a unos dados (que vienen a
sustituir a Elise y su máscara), la reaparición de ésta (escena imperdible por
la cara que pone, cual heroína), el hijo que se introduce en el más allá para
traer a su padre de vuelta (en la primera era al revés); todos ellos, patrones
demasiado parecidos a sus predecesores.
Una vez más, la pareja de
personajes de lo paranormal vestidos con corbata son de lo mejor de la
película, aportan la dosis ácida y humorística necesaria para restar tensión a
un filme que por momentos se pierde en un argumento cuyo giro lo encontramos en
forma de travestismo. Han leído bien.
Por lo demás, si bien el producto
es muy similar al del filme anterior, quien vea esta película sabrá lo que
quiere ver y lo que va a ver. Entretenimiento, sustos, miradas enigmáticas,
ruidos que empiezan y solo acaban cuando la persona que los oye se encuentra lo
suficientemente cerca como para averiguar quién los produce, etc. Una propuesta
un poco menos fantástica que la anterior, tal vez más involucrada con el miedo pero
igual de caótica en su evolución. Lo cierto es que las comparaciones son
odiosas y tanto en la anterior como en esta nueva entrega parece que Wan, por
el momento, ha alcanzado una cota difícil de superar en el género con la
aclamada “The Conjuring”.
En cualquier caso, habrá tercera
parte y Wan no la dirigirá, una mala noticia de antemano aunque habrá que ver
por qué derroteros caminará “Insidious” para saber si el relevo ha sido una
buena decisión.
• Desarrollo Argumental: 79
• Guion: 55
• Interpretación: 68
• Ost: 75
• Efectos especiales: 86