8/31/2014

Un proceso de rejuvenecimiento que elimina el entretenimiento de las entregas anteriores

Un propósito: reunir a viejas glorias en planos cortos para que en Google imágenes quede para la posteridad el testimonio de que alguna vez esos retales añejos del cine de acción trabajaron juntos. “The Expendables 3”, se construye a partir de las carantoñas y gestos musculados de un grupo de hormonas que brincan sin parar y se ríen de todo, a pesar de que ambas acciones pueden hacerles saltar los puntos de sutura de las múltiples operaciones de cirugía estética a las que se han sometido. Si en la primera entrega destacaban la sorpresa de verles juntos y dar estopa como no se veía en pantalla desde hace tiempo, es decir, sin importar otra cosa que dar estopa; la segunda abrió un camino interesante de argumento y lo que es más, un duelo final entre Stallone y Van Damme a la altura de los más acérrimos al cine ochentero de acción y tiroteos. No obstante, en esta tercera entrega, mucho más centrada en la figura de Stallone, que para eso es el jefazo, nos encontramos con errores que tres películas darían para no cometer: un malo que no le llega ni a los talones, un elenco múltiple que aparece poco en pantalla debido al reparto de los minutos de forma desequilibrada, incongruencias en el argumento y la psicología de los personajes, más allá de los esteroides y guiños a la simpatía cómica de un Antonio Banderas que asume el rol de “graciosillo” del grupo. Una película que quien vaya a verla sabe lo que va a ver, pero tal vez en la comparación con sus predecesoras salga perdiendo.

La película, que arranca con la escena de un rescate de uno de los mercenarios recluidos (como la entrega anterior), gira entorno a la entrada en escena de Stonebanks, el otro fundador original del grupo junto a Barney. Los caminos de ambos se separaron en el pasado cuando Stonebanks decidió empezar a traficar con armas y venderlas a los señores de la guerra, algo que Barney no pudo aceptar y por lo que intentó matarle. Creyendo durante los años posteriores que había cumplido con su objetivo, Barney descubre que sigue con vida, convirtiéndolo en el centro de su atención y buscando nuevos medios para acabar con él.

En el primer enfrentamiento entre Gibson (que interpreta a Stonebanks) y Stallone, se comienza a observar el deterioro de un guión que no hay por dónde empezar a cogerlo. En principio, la casi muerte de uno de ellos en el enfrentamiento, (no desvelaremos más) acaba de convencer a Barney que su grupo de “viejos” no es capaz con Stonebanks, y el argumento al que arguye la decisión de dejarles fuera es tan simple como no soportar la muerte de ninguno de ellos. Con la integridad por bandera, decide sustituir a los Statham y Lundgren por un grupo de jovenzuelos sin, literalmente como dice el propio Barney, “importar el billete de vuelta”.

Una incongruencia que no casa con un personaje que lucha por no causar más bajas entre sus filas. En cualquier caso, es importante saber que el encanto de “The Expendables” que no es otra cosa que el grupo de viejas glorias reunidas en pantalla disparando y entreteniendo al personal en la butaca, se ve relegado a un grupo de jóvenes (con Dron incluido) para modernizar las tácticas de combate. Un intento de conseguir un Misión Imposible de donde no lo hay. Esta treta nos hace preguntarnos: ¿Para qué sacar a Wesley Snipes de la cárcel?, ¿Por qué dejar fuera de tanto metraje a Statham y compañía?, ¿Por qué acabar por introducir a Antonio Banderas con un calzador o por qué supeditar toda la acción de la vieja escuela sobre los hombros de un Harrison Ford que ya va siendo hora de que se dedique a otra cosa en su retiro paradisíaco o un Arnold Schwarzenegger, que aunque esta vez no hace guiños a su Terminator, sí que está más desubicado que en las anteriores cintas? Inexplicable.



Del duelo final poco que decir. Eso en estas películas es decir mucho de ellas. Simplemente Gibson nunca parece estar a la altura de Stallone. Imagínense el resto. No irán por mal camino.

La Banda sonora no ha cambiado ni un ápice con respecto a la segunda entrega, prueba de ello son las primeras notas al iniciar el filme, lo que obliga a pensar que no ha habido evolución que valga en este aspecto. El guión, como hemos comentado, hace aguas por todos los lados, cuando en la peripecia vital del personaje principal se recurre a la juventud como baza, obviando que la magia del filme estaba en su apuesta por lo añejo. Una lástima que no hayan seguido el camino de la segunda.

En definitiva, estamos ante una cinta de acción que promete acción y que rebosa acción pero que ha perdido toda su imaginación al no ser consciente del espíritu que en todo momento imbuía a este grupo de máquinas de gimnasio a lo largo de sus dos entregas anteriores. Peor que las anteriores sin duda.

Por cierto, por el camino, no pierdan detalle de un Kelsey Grammer que hace las veces de guía turístico para Stallone, otro de esos momentos de la cinta que son perfectamente prescindibles y que forma parte de los minutos que podrían haberse recortado.


• Desarrollo Argumental: 40
• Guion: 30
• Interpretación: 58
• Ost: 57
• Efectos especiales: 71